sábado, 15 de noviembre de 2014

NIÑOS TDAH
RECOMENDACIONES PARA 
PROFESORES

Dada la frecuencia del trastorno de TDAH los profesores deben estar familiarizados con el tipo de dificultades que generan en el aula estos niños, para saber identificarlos a tiempo y poner en marcha los mecanismos necesarios para ayudarles.
Las retahílas típicas que acompañan la valoración que padres y profesores hacen de estos niños incluyen comentarios como:
"Llega tarde, tiene dificultad en hacer planes, parece que no escucha, está en las nubes, no se puede concentrar, salta de tarea en tarea, deja las cosas a medias, no termina los trabajos, comete errores por no prestar atención en los detalles, se olvida de las instrucciones, se distrae con facilidad, es desorganizado, evita tareas que requieren esfuerzo mental, no siempre encuentra lo que buscan, rompe cosas, pierde cosas, es inquieto, se mueve todo el rato, se aburre con facilidad, no se mantiene sentado durante mucho tiempo, tiene dificultad para divertirse en silencio, a menuda tararea, interrumpe la clase, habla y actúa a menudo sin pensar, ve las consecuencias de sus actos cuando es tarde, es irritable, necesita supervisión constante, discute y contesta, responde de forma impulsiva, sus esfuerzos se frustran fácilmente, no sabe perder, siempre quiere ganar, se pelea por cualquier cosa, no sabe esperar su turno, a veces es rechazado por sus compañeros, exige inmediata satisfacción a sus demandas, tiene poca tolerancia con la frustración, está a la defensiva a menudo".
Muchos profesores también se dan cuenta de la baja autoestima de estos niños, provocada por constantes fracasos, ansiedad, problemas de conducta social y problemas de inadaptación.
PERO NO TODO ES NEGATIVO: los niños con DAH puedes ser muy espontáneos, mas divertidos que otros niños, muy cariñosos, optimistas, inteligentes, curiosos, honestos (dicen lo que piensan), imaginativos y muy creativos, colaboradores, ambiciosos, apasionados, aventureros, sensibles, extrovertidos, intuitivos, persistentes y un sin fin de adjetivos positivos más. Tienen mucha energía, una gran memoria, aunque no se acuerden donde se han dejado los libros de texto, pueden perdonar fácilmente, pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo, pueden crear orden del caos, pueden pensar soluciones ocurrentes para resolver problemas, siempre están dispuestos a ayudar y hacer nuevos amigos, se llevan bien con los adultos, les gusta arriesgar y probar cosas nuevas, no son conformistas.

Qué hacer

En principio puede parecer una sobrecarga inasumible para muchos profesores hacer adaptaciones para los niños con TDAH, con la cantidad de niños a los que tienen que atender a la vez en clase. Sin embargo, en la mayoría de los casos de TDAH (no muy graves, y sin otra patología asociada), pequeñas modificaciones en la manera de estar con ellos en clase, en la forma de enseñarles y supervisar la ejecución de su tarea, y algunas adaptaciones a la hora de evaluarles, pueden ser muy rentables tanto para el niño como para el profesor. El niño se sentirá mejor, más comprendido, más motivado, más competente, y rendirá de forma más acorde a sus capacidades. Para el profesor, habrá más tranquilidad en el aula, tendrá menos interrupciones, no tendrá que andar corrigiendo comportamientos inadecuados tan frecuentemente, y se sentirá más satisfecho como docente al mejorar el aprendizaje de este grupo de alumnos. Suele requerir menos esfuerzo prevenir que lidiar con un niño con TDAH no adecuadamente atendido.
Estos niños son el perfecto ejemplo de que, no teniendo una discapacidad, necesitan unas medidas diferenciales en la metodología de enseñanza para poder tener un aprovechamiento adecuado. En términos educativos, se salen de la normalidad, el mismo sistema que a la mayoría de los niños puede ser eficiente, para estos niños no sirve. El sistema educativo debe tener la flexibilidad y creatividad necesarias para poder asumir la enseñanza de estos niños en un entorno normalizado.
Igual que ponen a prueba la capacidad educativa de los padres, los niños con TDAH ponen a prueba la capacidad del sistema educativo para amortiguar sus dificultades sin hacerles más daño. Los planes de convivencia en los colegios, los reglamentos disciplinarios, la unificación de criterios entre el profesorado a la hora de dar una respuesta a los problemas de los niños, los programas que permitan aprender metodología de estudio y no solo contenidos académicos, son imprescindibles para dar cabida a estos niños sin estigmatizarles ni sacarles del entorno educativo normal.
Los profesores no pueden tener la responsabilidad de diagnosticar a estos niños, ni el nivel de su alteración, la presencia o no de complicaciones añadidas, etc. No es su competencia ni motivo de su formación. Pero sí deben tener la capacidad no solo de explicar su materia, sino de captar las capacidades y dificultades de sus alumnos en el proceso de aprendizaje. Deben poder identificar qué tipo de inteligencia tiene el niño y si ésta le supone alguna traba para acceder a la información que tiene que aprender en cada etapa educativa. La identificación de los niños que podrían tener algún problema de TDAH, o de niños en general que no tienen capacidad para adaptarse al sistema educativo estándar, sí es su competencia. Deben ser capaces de detectar qué niños no son capaces de atender lo suficiente como para aprender lo que se les enseña, o no pueden controlar la ejecución de las tareas de forma organizada, o no son capaces de retener la información de forma adecuada, o no parecen modificar su comportamiento a los resultados, o razonan de una forma extraña, o infantil, no pudiendo elaborar los trabajos de forma correcta para su edad.
La identificación de niños con problemas para aprender dentro del sistema existente en una clase debe llevar a:
  • hacer las modificaciones oportunas en el aula, según las dificultadas detectadas en el niño
  • profundizar en el conocimiento del niño, más allá de las dificultades, intentando acceder también a sus habilidades, para potenciarlas dentro del entorno escolar
  • compartir las dificultades detectadas con el resto de equipo educativo, para dar una respuesta uniforme desde el colegio
  • derivar al niño para evaluar, si se considera necesario, por parte de los equipos psicopedagógicos; básicamente si las medidas habituales que se pueden poner en marcha dentro del aula no son suficientes para mejorar la adaptación y rendimiento del niño.
  • determinar, de una manera individualizada, si el niño necesita apoyo especial, y qué tipo de apoyo es éste. No intentar ajustar al niño a los apoyos disponibles, sino ajustar los apoyos a las necesidades del niño.
  • determinar si, a pesar de todas la medidas ordinarias que se pueden poner en marcha con el personal educativo habitual, el niño persiste en sus dificultades y puede necesitar un apoyo más específico. Esto justificaría que el colegio pidiera

Donde derivar

El profesor está en una posición privilegiada para detectar los problemas de TDAH de los niños, ya que éstos se manifiestan de forma muy clara en la vida escolar. Por ello, además de dar una respuesta educativa, el profesor, o el colegio, debe implicarse en que los padres conozcan esta dificultad de sus hijos y tomen las medidas adecuadas para su manejo. Esto implica buscar la ayuda clínica necesaria, y obtener la información y herramientas que les ayuden a ellos en su tarea educativa en el entorno familiar. Los padres reciben muchas veces la información de que sus hijos tienen dificultades o características propias que dificultan su aprendizaje de una manera más tranquila cuando ésta información viene del colegio, que cuando viene de un médico o psicólogo por primera vez.
Que la información llegue del colegio evita la estigmatización que muchos padres sienten de inicio cuando se les habla de un trastorno mental en su hijo. Además, aumenta la confianza de los padres en que el colegio está atento a los problemas de los niños, y no establecen conclusiones erróneas respecto a la capacidad educativa de los padres sin estudiar adecuadamente la situación.
En conclusión, los profesores son las personas idóneas para:
  • identificar posibles casos de TDAH
  • poner en marcha las medidas ordinarias de manejo de estos niños en clase
  • derivar a los niños a valoración por parte de los equipos psicopedagógicos del propio centro o de zona
  • informar a los padres de la detección de un posible problema y de donde obtener ayuda específica: escuelas de padres, pediatra y Centro de Salud Mental de zona.
  • coordinarse con los padres en todas aquellas medidas necesarias para mejorar el rendimiento del niño, su metodología de aprendizaje y su motivación hacia el estudio

Estrategias en el aula

Lo primero que hay que recordar y tener muy en cuenta de los niños con TDAH: es muy distinto que no quieran a que no puedan.
Tiene que haber una relacion positiva entre el alumno y el profesor, sólo así será posible una notable mejoría académica y social del niño. El no tener la disposición para conseguir esto hace que automáticamente se vaya generando un círculo vicioso con continuos castigos, desmotivación, incomprensión, etc.
Necesitan más que ningún otro niño apoyos positivos, elogios y animos.
Juegan con objetos, se mueven etc..Mejor pasar junto a él, quitarle el objeto con el que juega con una sonrisa o simplemente tocarle la mano para que pare, o hacerle otra señal, que ridiculizarle delante de sus compañeros. Mejor un gesto para que toda la clase no sea consciente. Avergonzando al niño o poniéndole en un aprieto delante de la clase solamente le haran sentir resentimiento y hostilidad, porque estos niños tienden a reaccionar mal cuando se les critica.
Respuestas a sus tareas como: “Bien, pero lo puedes hacer mejor` no son adecuadas para un niño con TDAH. Ellos buscan y esperan elogios porque se han esforzado en esa tarea, y este tipo de respuestas aunque empiezan por un adverbio positivo acaba con una descalificación, con lo cual el niño se queda con que al profesor no le ha gustado su trabajo. Es mejor decir lo mismo con frases solo positivas como: ´ Bien, si sigues así lo bordas`.
Es para ellos un tanto difícil prestar atención a 2 estimulos a la vez, como por ejemplo: seguir lo que dice el profesor y tomar notas a la vez. Evitar sobre todo dictar las preguntas de un examen.
Pierden u olvidan cosas necesarias para sus tareas escolares, como el cuaderno donde estuvo haciendo sus tareas. Intentar evitar hacerle reproches al respecto en público. Prefieren que le digan las cosas a solas. Tampoco hagan alusiones a su condicion de TDAH. Es posible que no quiera que transcienda y que se rían de él.
Haganle participar en clase, sobre todo cuando levanta la mano. Para ellos es más importante que para los demás que alguien les preste atención, cuando levantan la mano sólo quieren que sepan que han trabajado, que han estudiado. Les gusta que se lo reconozcan. No se olviden de reforzar la conducta del niño porque se está portando como debe, es más, para llegar a portarse como se debe él está haciendo un mayor esfuerzo.
Hagan que se ilusionen en sus asignaturas.
Sientenle en las primeras filas, cerca del pupitre del profesor, o en cualquier sitio donde estén ustedes la mayor parte del tiempo. También es bueno que pueda tener como referencia a algún compañero que haga las cosas adecuadamente, que esté dentro de su campo visual. Así podrá ver qué libro o ejercicio hay que sacar en cada momento, si apunta algo en la agenda, etc.
Colóquenle con compañeros que sean buenos estudiantes y en que se pueda apoyar para tener sus tareas completas y a tiempo, y de los que pueda completar apuntes que no haya podido tomar.
Muestren interés cuando está trabajando correctamente en su mesa. Acérquense a su sitio, obsérvenle y anímenle a que siga trabajando.
Utilizar la disposición tradicional de pupitre individual mirando hacia el profesor y no mesas con varios niños, corrillos, etc.
Permitir cierta libertad de movimientos, con rupturas de ritmo, actividades dirigidas a un cierto cambio de postura, o mediante pequeñas tareas o responsabilidades, facilita una descarga física adaptativa y evita otros movimientos más disruptivos: ej. pedirle que vaya a por material, que borre la pizarra, etc.
Para facilitar las transiciones ayuda marcar el principio y el final de cada actividad a base de hacer rutinas asociadas a los cambios, como una determinada música, una campanada o una señal visual.
Planificar las asignaturas que necesitan más concentración hacia las primeras horas de la mañana, cuando la capacidad atencional es mejor y alternar asignaturas fáciles y difíciles
Más que modificaciones en el aula, lo que se pide a los profesores son segundos en cada una de sus asignaturas, el tiempo necesario para supervisar, repetir, recordar, prevenir, animar, incentivar, premiar, aprobar, alimentar, y fundamentalmente:
"Mirar a los ojos, y estimular"
Cualquier niño que esté motivado tiene ganas de aprender, y esto sirve para todos los niños, tengan o no DAH.

Los deberes

No sirve de nada mandar muchas tareas para casa. Los niños hiperactivos no deben tener más carga de trabajo que los otros en casa. Además, tardan más tiempo en hacer lo mismo que otros.
Necesitan aprender y practicar técnicas de estudio más que insistir en los conceptos; no suelen tener dificultad en comprender éstos.
Aportar y enseñar a utilizar, y practicarlo hasta su automatización, muchos elementos de organización: carpetas clasificadoras, calendarios, agendas, recordatorios visuales, listas, etc. En general, utilizar material muy estructurado y un aprendizaje programado
Respetar el tiempo fuera de la escuela como un tiempo necesario para otras actividades, sean educativas directamente, en forma de aprendizaje de otras materias no contempladas en el curriculum académico, sea para actividades de ocio, eventos familiares, etc. Para ello sería necesaria una planificación desde el colegio de las tareas que se va a pedir a los niños que realicen fuera del colegio con una cierta anticipación, para que las familias puedan organizarse el tiempo de deberes en casa conjugándolo con el resto de la vida cotidiana.
Insistir en la coordinación casa-colegio
Concretar lo máximo posible los problemas, hacerlos físicos, materiales, más que abstractos
Dividir las tareas en pasos pequeños
Para paliar su problema con el manejo del tiempo el uso de referentes temporales como relojes, calendarios, etc., ayuda mucho
Los refuerzos materiales, inmediatos, son muy útiles

El colegio adecuado para los niños hiperactivos

No hay un tipo de colegio único para los niños hiperactivos, pero sí hay determinadas características que cualquier colegio donde quieran enseñar a niños hiperactivos debe cumplir.
Debe ser un colegio normal, y exquisito en cuanto a su capacidad para:
  • comprender la diversidad de los alumnos en cuanto a su capacidad para aprender.
  • entender que no toda diferencia en cuanto a tipo de inteligencia es una discapacidad
  • ser capaz de conocer a los alumnos en su individualidad y su complejidad, con sus aspectos deficitarios y sus habilidades
  • creer en la educación de la persona globalmente, no el mero aprendizaje de materias
  • tener la flexibilidad necesaria para atender a distintos tipos de niños en sus aulas, haciendo modificaciones en su metodología de enseñanza, y en la evaluación de los alumnos
  • valorar y potenciar también los aspectos menos cognitivos del aprendizaje, el deporte, la creatividad, el arte, la persona.

La coordinación con los padres

Además de utilizar la agenda para que anote los tareas y para comunicarse con los padres, usenla para anotar las positivas. No utilicen la agenda solo para anotar las incidencias negativas.
Necesitan que les recuerden y que les avancen las cosas. Les tranquiliza saber lo que esperamos de ellos. Los niños con DAH necesitan que se les digan las cosas más de una vez. Hagan un calendario y listas de actividades, tareas y exámenes tan predecible como sea posible y colóquenlo en la pizarra o en el pupitre del niño. Anuncien los cambios con suficiente antelación. Subrayen en las tareas lo que es importante. Asegúrense de mirarle a los ojos lo más posible cuando encarguen algo importante y cerciórense que se da por enterado. Sería de gran ayuda para los padres que los profesores se asegurasen de que las tareas para casa han sido anotadas debidamente y que se lleva a casa los libros y cuadernos necesarios para realizarlas.
Asegurense que tiene apuntadas las fechas de los examenes.

La evaluación de los niños hiperactivos

Supervísele de forma especial durante los exámenes ayudándole a controlar el tiempo del que disponen y peguntándole si comprenden las preguntas. Los niños con DAH tienen un pobre concepto del tiempo, y muchas veces emplean demasiado para completar una tarea dejando otra sin terminar.
No les den mucho volumen de trabajo o muchos deberes al mismo tiempo. Planifiquenselo o divídanselo en tareas más pequeñas.
Estudian y obtienen información, pero no la procesan de forma ordenada, lo cual les lleva a perder detalles de esa información obtenida, quedándose incluso en muchas ocasiones con la mente en blanco. Simplemente una frase que no les aparezca ahí puede hacerles perder toda la secuencia en la que se encontraba centrado. Esto hace que a la hora de los exámenes, sobre todo en los escritos, presenten tantos errores. No piensen que no han estudiado ni lo han preparado suficientemente, él seguro que sabe más de lo que demuestra. Asegúrense de ello durante las evaluaciones y no le evalúen solo por lo que demuestre en un examen o dos. Enséñenle los exámenes y háganle saber cuáles han sido los errores, u envíen los exámenes a casa corregidos, para revisarlo con su tutor o los padres.
Su condición de DAH hace que les lleve más tiempo que a los demás niños realizar algunos tipos de examen, sobre todo los escritos. Con más tiempo, y menos presión, pueden dar grandes sorpresas de conocimiento. Si es posible, dénles mas tiempo en los examenes.

Aspectos clínicos útiles para los profesores

Alrededor de un 3% de la población es hiperactiva y un 13 % inatenta.
Todas las personas somos diferentes. Según parece deducirse de los estudios realizados en los últimos años, los niños hiperactivos tienen alguna parte del cerebro que funciona de manera distinta a la mayoría. Esta diferencia no constituye en sí una enfermedad, como tradicionalmente se entiende este término; sencillamente el cerebro funciona de otro modo y esto conlleva en las personas hiperactivas la necesidad de moverse con cierta frecuencia, además, de tener que cambiar el foco de su atención cada poco tiempo.
Suele decirse también que las personas hiperactivas son muy impulsivas, pero en parte se trata de la misma dificultad para mantener la atención: bien sea para realizar tareas motrices largas, bien para realizar tareas cognitivas largas. Los niños hiperactivos reflexionan perfectamente. La motivación y la alerta hacen que puedan controlar los impulsos mucho mejor.
En la niñez el TDAH es un factor de riesgo para el fracaso escolar. En la adultez la condición de DAH, bien vehiculizada, puede ser un elemento de progreso social y laboral. Los hiperactivos suelen ser muy apreciados por su alto nivel de trabajo.
Existen algunos medicamentos que ayudan al niño con DAH a mantenerse más atento y quieto, lo que redunda en su beneficio, al permitirle aprender, pero no pueden considerarse ´medicamentos que curan`. No resuelven un defecto de base, una herida o lesión. Son más bien una prótesis que en algunos casos permiten un desarrollo mejor.
No todos los niños hiperactivos necesitan medicación. En niños pequeños, con un trastorno no grave, las medidas ambientales, pedagógicas y educativas pueden ser suficientes para que el funcionamiento del niño sea satisfactorio. La medicación no es un recurso para mejorar las notas , para que el niño esté quieto o para convertir al niño hiperactivo en un niño estándar. Debe ser una herramienta para poder permitir un adecuado aprendizaje, para poder poner en marcha otras medidas pedagógicas y que éstas sean útiles.
Los medicamentos deben ser prescritos por un psiquiatra o neurólogo especializado en la atención a niños, con un seguimiento frecuente y cuidadoso en cuanto a las dosis, frecuencia de toma, efectos secundarios. Hay muchos tipos de medicación, algunas son eficaces en un momento de la vida y no en otro, cada niño responde de una manera diferente a las distintas clases de medicación.
Los profesores están muchas horas al día con los niños, y en una situación donde es fácil observar tanto los efectos positivos de la medicación, como los negativos. Su información a los padres es muy valiosa.
Los efectos positivos que pueden notar son:
  • Mejor concentración, menos interrupciones, menos impulsividad, más capacidad de escucha, menos atropellamiento en la realización de tareas, más orden en los trabajos, rendimiento más regular
  • Los efectos negativos que pueden observarse y habría que informar a los padres, para valorar si la dosis o tipo de medicación son adecuados son: excesiva focalización en la tarea, tristeza, hipersensibilidad, nerviosismo, cansancio, falta de apetito, tics.
  • Existen además tratamientos psicopedagógicos para ayudar a los niños hiperactivos a regular su comportamiento, y mejorar la capacidad de atención sostenida. Mediante un entrenamiento continuado e intensivo consiguen mejorar su capacidad atencional, aprendiendo estrategias para regular y limitar las distracciones.
  • También hay tratamientos psicológicos que pueden ser útiles, según la edad y características del niño. En general, los tratamientos de modificación de conducta, que implican de forma importante a los padres, son útiles. Los tratamientos cognitivos que enfatizan la mejora en el autocontrol, pueden ser muy útiles para adolescentes.

LOS NIÑOS A LOS QUE LES CUESTAN LAS "MATES" Y ACABAN MEDICADOS


Los niños a los que les cuestan las "mates" y acaban medicados



Hace unos días me escribió una maestra de Primaria, Carmen Ávalos, que ejerce en Molins de Rei (Barcelona). Está preocupada por el aumento de casos de Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) entre niños y la receta de los mismos conpeligrosos medicamentos como metilfenidato. Su propia hija está diagnosticado de ello y cuenta algunos casos significativos que muestran bien a las claras el actual panorama y cómo en ocasiones son los propios maestros los que están enviando a los pequeños a psicólogos y psiquiatras:
Quiero explicar cómo he llegado a formar parte de una situación que para mí era inexistente tanto a nivel profesional como personal. Puedo escribir sobre varios casos muy cercanos a mí. El primero que conocí fue el de una amiga con su hijo diagnosticado con TDAH. Lo llevó a un psiquiatra. El pediatra, que era el mismo que llevaba a mi hijo, me hizo el comentario de este caso sin saber que yo conocía a la madre. Sólo quería mi opinión como maestra. Le comenté que el niño era un niño normal y corriente como cualquier otro y lo que se debía de hacer era terapia con los tres implicados ya que la figura del padre no aparecía por ningún lugar y la madre era un agobio constante para el niño. El crío medicado desde los 5 años, con 13 internado en psiquiatría juvenil del Clínico de Barcelona… ni les cuento la medicación que toma… aparecieron tics, luego se le dijo que tiene el síndrome de Tourette… Que quieren que les cuente era un niño normal, inquieto, agobiado por la madre… y lo han estropeado.
Segundo caso. Un compañero de mi hija, un niño alegre, vivo, tranquilo y feliz. Era un encanto conmigo, se desenvolvía con una vitalidad y una alegría que te hacía sonreir. Simplemente teníadificultades de aprendizaje (Lengua y Matemáticas) igual que la mía. La madre lo llevó a unos especialistas para saber qué tipo de problemas de aprendizaje tenía. Diagnóstico: TDA y dislexia; a tomar Concerta y a ser visitado por una psicopedagoga. Este niño tenía 7 años. Antes de cumplir los 8 lo vi y el alma se me cayó al suelo. No había alegría, ni vida, ojos tristes, callado… ¿Dónde estaba el niño que yo había conocido, dónde estaba su alma vivaracha…? Completamente anulada. La madre me comentó que cada pastilla que le daba era como una puñalada en su propio corazón.
Tercer caso. Mi propia hija. Invertía sílabas al hablar, ninguna maestra se había dado cuenta, ella era consciente de sus propias dificultades así que optó por pasar inadvertida en las clases y no participar. Los problemas de aprendizaje aparecieron y a finales del Primer curso lo identifiqué así que empecé mi búsqueda. En 3º la cambié de escuela. La profesora fue quien me envió a un Centro Sanitario muy conocido de Barcelona. Te cobran un pastón, estás tres horas pasándole unas pruebas que ya le habían hecho con anterioridad y sin pensar que había nada y el diagnóstico fue TDA y dislexia. Lo mismo que su a compañero. La diferencia fue que si le daba la medicación la dislexia le desaparecería. En mis años que llevo de maestra es la primera idiotez que he oido. ¿La dislexia desaparece con un estimulante? Fui al pediatra que después de explicarle lo sucedido se mantuvo al margen. Eso sí, me dio tres recetas de Concerta, que evidentemente no compré y no le dí nada.
Después de enseñar hasta que el cuerpo me ha dicho basta -estoy de baja por problemas de reuma- el sentido común que me ha llevado a la conclusión de que yo jamás he tenido ningún niño medicado en 27 años de trabajo. ¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando con nuestros alumnos e hijos? Tuve varias entrevistas con la maestra de mi hija la cual parecía ejercer de ayudante aférrima de la dra neuropediatra. Le llegué a preguntar si tenía algún interés económico con ella porque consiguió hundir a mi hija con tan sólo 9 años. Hay maestros que envían a sus propios alumnos a ser unosfuturos enfermos. Espero y deseo que sean los mínimos, como digo, de repente aparecen como setas.
No hay escaners, ni ningún tipo de prueba para detectar el supuesto TDAH, apenas unos test, que me diga que ciertamente mi hija no tiene conexiones neuronales y tengo creer a un neuropediatra y darle un “estimulante“, como ellos dicen. ¿Quienes de nosotros en algún momento de nuestra vida por circunstancias emocionales, de enojo, personales o de carácter no hemos estado dentro de estas características? Mi hija es una niña normal y corriente como cualquier otro niño. ¿Que le cuestan las matemáticas? Sí, ¿saben cuántos niños he tenido que les costaban las mates hasta que me dí cuenta que es el maestro el que tiene la clave? La experiencia me ha enseñado que cuando un niño no va bien en un área es el maestro quien falla. No le gusta aquello que da y su falta de interés se extiende a la comunidad infantil con la que está trabajando. Siempre existen salidas y estrategias para enganchar a un niño a tu propio carro y es la seguridad que demuestras y que le haces ver que él también la tiene la que puede arreglar el asunto. Es un camino a la par, sin olvidar a los padres.
Nuestros niños deberían ir felices a la escuela, no tener miedo a ningún profesor, ser considerados como son. No olviden que nuestros niños son EMOCIONES VIVAS, DESPREOCUPADAS Y FELICES que es lo que les toca vivir hasta que paguen hipotecas.

LA EXCESIVA OBSESIÓN POR EL PROFESOR NATIVO

La excesiva obsesión por el profesor nativo

Por Adriana Bausells Espin (Licenciada en Filología Inglesa. Profesora cualificada de inglés como lengua extranjera [Cambridge CELTA])
Definitivamente me he dado cuenta de que en este país (probablemente en otros también, pero este es el caso que me concierne y del que tengo constancia) nos dejamos engañar como queremos y nos movemos por modas, por falsos mitos, los internalizamos hasta el punto de darles la categoría de hecho irrefutable, y que no nos intenten sacar de ahí, porque no lo harán. El mito al que me refiero es el de que sólo se puede aprender un idioma con un profesor nativo. Llevo dos semanas intensivas de búsqueda de trabajo como profesora de inglés, concretamente en Barcelona, aunque este engañabobos no es exclusivo de esta ciudad (he conocido personalmente casos en Zaragoza, y me consta que ocurre en todo el país), y en más de 10 academias me han dado en el morro (antes de ver mi CV o de escucharme hablar en inglés) con un rotundo: “lo siento, sólo contratamos nativos”. No suena igual que decir “no contratamos españoles”, ¿verdad? ¿Por ello deja de ser racismo? Yo creo que no.
Curiosamente, todos los que me han juzgado me han hablado directamente en español, sin darme siquiera oportunidad de demostrar mi nivel de inglés y, con toda certeza, sin plantearse siquiera la posibilidad de dejarme demostrar que estoy más que cualificada y capacitada para enseñar, que en el fondo es de lo que se trata. En uno de los casos la persona que me atendió cuando llevé mi curriculum mencionó incluso la “fuerte presión” a la que se ven sometidos para no contratar siquiera a nativos del norte de Inglaterra, de Escocia o de Irlanda… ¿presión por parte de quién? ¿Acaso sólo vale para enseñar inglés la Reina Madre? Esto ya suena más a racismo. Absurdo. Después, en un derroche de generosidad, se ofreció a echar un vistazo a mi CV, “ya que has venido, y tal vez por si nos surgiera alguna emergencia”, e incluso llegó a afirmar que “creo que es uno de los mejores que he visto en mucho tiempo, pero es que…”: me licencié en Filología Inglesa con una media por encima del 8, tengo el nivel C2 de inglés, que se supone que equivale al de un nativo (¿cualquier nativo, acaso todos los nativos, del país que sea, hablan su idioma con igual propiedad?), obtuve un sobresaliente en el Certificate of Proficency in English de Cambridge, recientemente he obtenido la cualificación oficial de profesora de inglés como lengua extranjera – Cambridge CELTA – también con la puntuación más alta posible y tengo experiencia en enseñanza en todos los niveles y edades, incluida en la Universidad pública. Más absurdo. En una entrevista que he hecho esta mañana (toda en español y conducida por alguien que me ha preguntado qué era el CELTA y qué se hacía ahí…) se han planteado si mi nombre podría pasar como nativo. Vaya, lástima que mis padres no me pusieran Vanessa o Kimberly…
¿Cuál es el problema? Que está muy de moda decir que mi profesor es nativo, y si el tuyo no lo es no eres nadie ni llegarás a nada. Que las academias y otras instituciones de enseñanza han vendido esa moto durante años hasta que han conseguido que todo el mundo asuma que uno es mejor profesor por ser de Londres, por ejemplo. ¿Desde cuándo nacer en un país o en otro es garantía de ser buen profesor? Que nadie me malinterprete: por supuesto que hay excelentísimos profesores de inglés nativos, muchísimos, por todas partes. Pero también españoles. Y croatas. Y eslovacos. Y rusos. Y alemanes. Y chinos. Y mexicanos. Igual que, tal y como comprobé en mi experiencia como profesora de español en EE.UU., hay profesores de español nacidos y criados en ese mismo país que me superaban con creces en el conocimiento del idioma con fines pedagógicos y de análisis lingüístico y en la capacidad para enseñarlo, y eso que considero que mi nivel de conocimiento del español es bastante alto, ya que además de hablarlo también lo he estudiado y sigo en ello. Sin lugar a duda, enseñar mi propio idioma ha sido el trabajo más difícil que he tenido que realizar y tengo mucho que aprender en ese aspecto.
Debemos entender que hablar un idioma no es garantía de entender su funcionamiento interno, mucho menos de saber explicar por qué funciona de esa manera, y aun en el caso de que se posean tales conocimientos no es lo mismo que saber transmitirlos. En definitiva, hablar español “perfectamente” -es decir, hablarlo y que nos entiendan porque se ha nacido en España- no significa saber enseñarlo. Lo mismo con el inglés. Obviamente, hay casos en los que contar con un profesor nativo es más apropiado, siempre se deben tener en cuenta las circunstancias, intereses y motivos de cada uno respecto al aprendizaje de un idioma. Pero no se puede asumir como regla general que siempre es mejor. Me parece ofensivo y frustrante que se me cierren puertas por lo que diga mi pasaporte y encima en mi propio país. Pero claro, para las academias es muy fácil decir que esto es lo que les piden los clientes… ¿en serio? ¿Todos los estudiantes prefieren que sus profesores de inglés sepan poco o nada de su primera lengua, con lo que esto conlleva a la hora de predecir dificultades de aprendizaje, problemas debido a la interferencia entre lenguas, o simplemente problemas a la hora de entenderse porque un alumno está reproduciendo en inglés estructuras calcadas del español haciendo que alguien sin conocimientos suficientes de este idioma no entienda por qué el alumno “no es capaz” de hablar bien en inglés? Me parece que no.
Pero claro, uno no va a anunciar con letras luminosas en su página web que todos los profesores de su centro son nativos si no es verdad… sería publicidad engañosa, ¿no? Bueno, pues no contratar a alguien por su nacionalidad es sencillamente ilegal, es discriminación por motivos de origen. Resumiendo: racismo. Y en este caso concreto, lo que a mi modo de ver es mucho peor y más dañino: es un signo inequívoco de falta de compromiso con la actividad en sí, con la docencia, y con el servicio que se ofrece, falta de honestidad con respecto a la profesión y los profesionales que nos sentimos orgullososde formar parte de ella y que nos entregamos a ella, y aún más con respecto a los alumnos. En definitiva, una práctica que sólo sirve para arraigar falsos mitos y que en absoluto beneficia a la enseñanza y el aprendizaje de idiomas en España. No por pronunciar una vocal de determinada manera uno es mejor profesor. No se trata del país: se trata de la persona, de las capacidades y cualificaciones de cada uno, y del compromiso, la dedicación y la pasión que se tenga por lograr que un alumno se vaya a casa con algo aprendido. ¿Acaso no nos llevaríamos las manos a la cabeza si el argumento fuera “sólo contratamos blancos”?

viernes, 14 de noviembre de 2014

POR QUÉ UN ESPAÑOL PUEDE SER MEJOR PROFESOR DE INGLÉS QUE UN NATIVO





Piense que quiere contratar a un profesor privado de inglés para su hijo, y le dan a elegir entre uno nativo y otro nacido en su mismo barrio, al que conoce desde su infancia y que ha visto crecer a sus retoños. No dispone de ninguna información complementaria, pero no necesita más. Tiene ya suficientemente claro que elegirá al nativo, puesto que su conocimiento del idioma será muy superior al de su vecino. Pues bien, quizá se equivoque. El filólogo húngaro Peter Medgyes, que visitó esta semana el congreso Multilingual Education: Policy, Practice and Reality organizado en Salamanca por Cambridge English, es una de las grandes autoridades mundiales sobre eltema, un conocimiento que recogió en su libro El profesor no nativo.
No se trata de un asunto baladí, en cuanto que el profesor ha señalado en repetidas ocasiones que la distinción entre nativos y no nativos crea una diferencia de estatus que puede desmoralizar a aquellos que pretendan, como él, dedicarse a la enseñanza del idioma inglés, perdiendo todo lo que pueden aportar. Como explica a ACyV: “Quiero dar un mensaje inspirador a los profesores no nativos”. Por ello detalla una serie de ventajas que distinguen a estos sobre los nativos, que, obviamente, gozan de sus propias ventajas (la más obvia, un manejo superior del idioma).

El no nativo, el mejor rol modelo
“Un profesor que no sea nativo puede considerarse un mejor modelo para sus alumnos, más allá del mero uso de la lengua. Si mis alumnos ven que puedo hablar inglés de forma fluida, y que he sido capaz de aprender inglés hasta tal nivel,pensarán que ellos también son capaces”. Por el contrario, aprender del nativo que maneja a la perfección su propia lengua puede resultar más descorazonador.
Puede utilizar ambos idiomas mejor
Medgyes utiliza una historia para hacernos comprender por qué, al contrario de lo que suele afirmarse, a veces es útil retornar a la lengua madre. “Nunca olvidaré cuando era un joven profesor que sólo utilizaba el inglés en su clase, y quise explicar el concepto de luz a los alumnos. Apunté al techo, mostrándoles que la luz venía de ahí. Pero me di cuenta poco después de que los niños pensaban que me estaba refiriendo al techo. Así que en lugar de proporcionarles el equivalente en húngaro, que lo habría clarificado todo rápidamente, di un rodeo”, explica el profesor. En otras palabras, el idioma natal puede ser mucho más útil paraexplicar una regla gramatical o ciertas palabras del vocabulario. “Hay ciertas ventajas en usar, sin abusar, tu lengua natal”.
Mayor empatía con el profesor
“Ya que venimos del mismo origen cultural y socioeconómico que nuestros estudiantes, podemos empatizar con sus problemas en un grado mayor que los nativos que acaban de llegar de Reino Unido o Estados Unidos”, explica Medgyes. “Incluso con un simple vistazo puedo adivinar cuál es el problema”. No es nada fácil que un profesor de otro país pueda entender ciertas peculiaridades dentro del aula.  
Las dificultades son las mismas 
“¿Cuáles son las grandes dificultades a la hora de aprender inglés? Si soy nativo, lo daré todo por hecho, es sencillo, es obvio. Pero para el hablante del español, podría no ser tan obvio”, explica el profesor. Los hablantes no nativos suelen seguir el mismo proceso a la hora de aprender un idioma, por lo que los profesores comprenden mejor las dificultades de sus alumnos, que ellos mismos padecieron. “Por ejemplo, en húngaro no hay ninguna diferencia entreheshe e it (‘él’, ‘ella’ y ‘ello’)", señala el autor. "Para nosotros es un problema real, porque a veces señalo a una mujer y digo ‘¿no es eso bonito?’ (isn’t it pretty?), y un hablante en inglés me dice: ‘¡pero si es una mujer!’). Como hablante húngaro, sé que van a cometer el mismo error, y por eso puedo estar prevenido”.

LA RELATIVA IMPORTANCIA DEL INGLÉS

Ello no quiere decir que el aprendizaje en inglés deba estar sólo en manos de unos u otros, sino, más bien, que ambos deben cooperar y aportar su grano de arena. “Cuando es el momento de elegir, creo que ambos vienen de direcciones diferentes, pero que finalmente convergen en algún punto intermedio”, explica el profesor de la Eötvös University en Budapest. “Obviamente, un nativo puede enseñar mejor conversación, mientras que un no nativo puede entender los problemas gramaticales de forma más directa. La mejor solución es probablemente contar con un hablante nativo y otro no nativo, y cuanto más colaboren en beneficio de los alumnos, mejor”.
Aunque el profesor es un firme defensor del bilingüismo, y se ha ganado la vida gracias al inglés, cree que no debemos perder la perspectiva sobre la importancia del idioma. Uno de los peligros es que, por ejemplo, el nivel de inglés de los profesores no sea suficientemente bueno o tan fluido como para poder impartir una clase: “Es muy divertido, e incluso ridículo, ver cómo los profesores de materias como biología con ayudados por sus alumnos a explicarse”, señala Medgyes. “Si ese es el caso, no forzaría que los profesores diesen sus clases en inglés a no ser que su nivel fuese suficientemente alto, pues sería contraproducente”. Para ello anima a las autoridades políticas a formar a los profesores de las distintas materias para que alcancen el nivel de inglés necesario.
Si alguien habla ahora español, tiene un plus respecto a los que sólo hablan inglés
En cualquier caso, el profesor se pregunta si realmente es más importante conocer inglés o el mundo que nos rodea, y qué debería ocupar un lugar superior en nuestras prioridades. “El inglés es la lengua franca, no hay ninguna duda”, explica. “Ninguna otra puede competir hoy en día. Aun así, ¿cuál es el propósito de una lengua? Es una herramienta para expresarse, y para eso está tu lengua materna, y el inglés, para tu avance profesional y poder viajar por todo el mundo. No deberíamos exagerar: la educación no consiste en aprender inglés. Es muy importante, pero no es la prioridad número uno”.
Tanto es así, que el profesor concluye con una buena noticia para los hispanohablantes: “El inglés está perdiendo el prestigio de la lengua extranjera, porque ya es una segunda lengua casi a la par de tu primera lengua”, recuerda. “De ahí que otras lenguas como el alemán, el español o el francés tengan un valor añadido para los que las hablan. Si alguien es capaz de expresarse ahora en español, tiene un plus respecto a los que lo hacen en inglés”.


viernes, 21 de junio de 2013

NIÑOS TDAH, ESOS PEQUEÑOS GRANDES MARGINADOS

A menudo, nos encontramos con padres que se quejan de que su niño es inquieto, que su hijo no para, que su hijo es malísimo,..., y así podríamos encontrar muchísimos calificativos que se nombran de forma cotidiana, es más, muchos de ellos, ya califican a su hijo de hiperactivo, cuando a veces tiene solo meses o un par de años de edad. Y sí, es posible, que lo sea, ¿por qué no? pero cuando son así de pequeños todavía es una gran duda (según dicen los facultativos especialistas en ello). Incluso, a veces, se han fijado, que los padres sonríen y casi que se alegran diciendo esta frase: "uf, parece que el niño nos ha salido hiperactivo". A todos esos padres que seguramente no se alegrarían de tener un hijo hiperactivo quiero dedicar este artículo.
Señores padres, ah y perdón, y madres, que con lo de la ley de la igualdad, a veces, se me olvida, un niño hiperactivo es mucho más que un niño inquieto, es mucho más que un niño que no para, es un niño que quiere parar y no puede, que quiere hacer cosas y no puede, que se quiere relacionar y no sabe, que los demás marginan y no lo puede evitar, que los demás piensan que son bichos raros y ellos lo sienten y lo padecen, que los demás regañan constantemente y ellos no saben por qué, que todos rechazan y....desgraciadamente no hablo sólo de niños, sino también de adultos, de profesores y demás profesionales y padres que no se enteran, que son realmente los inconscientes de esta situación, los ineptos, los incultos y todos los calificativos que podrían empezar por in-.
Señores profesores, ah! y Sras. profesoras, faltaría más, esos pequeños grandes marginados que parecen que se apartan del mundo real para vivir otra realidad que les hace más feliz, son en la mayoría de los casos coeficientes intelectuales muy superiores a los que ustedes habrán obtenido a lo largo de su vida, pero hay que conocerlos y saber de ellos y no apartarlos y quitarse el problema de encima.
El día que ustedes los entiendan y los sepan llevar habrán llegado, sin lugar a duda, a ser profesionales, hasta entonces serán meros aprendices.
Solo me queda despedirme y mandar con todo mi cariño un gran abrazo a todos aquellos padres, madres, y niños TDAH, que seguro saben de que estoy hablando.
 
CURSOS INTENSIVOS DE INGLES B1 (PET) EN JULIO Y AGOSTO.

Academia Retamar-El Toyo oferta cursos intensivos de Inglés este verano para la obtención del titulo PET de Cambridge (B1) en horario de mañanas y tardes. Clases de lunes a jueves, con precios anticrisis y descuentos a partir del segundo alumno que se matricule conjuntamente. Si traes a dos amigos, tu cuota baja a la mitad y si traes 3 hasta el 25% y si traes a un cuarto, tus clases te salen gratis. Para más información contacta con nosotros a través de nuestra web www,academiaretamar.es o llamando al 950 20 94 43.